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Mostrando entradas de 2018

CUANDO DEJE DE ADAPTARME Y EMPECÉ A PEDIR

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Si hay una situación que recuerdo desde muy pequeña es aquella en que me preguntaban: ¿qué quieres? Y yo no lo sabía. No eran peguntas muy difíciles, de hecho yo veía como los demás niños tenían muy clara su respuesta. Daba igual que la pregunta se refiriera al sabor de un helado, el color  de una falda, mi plato de comida favorito o si quería quedarme a dormir en casa de una amiga. Me hice experta en leer qué era lo que querían los demás y contestaba para que ellos estuvieran contentos. Recuerdo perfectamente la situación en la que algún mayor me preguntaba y yo buscaba en mi interior la respuesta. No tenía ni una pista de donde encontrarla. Miraba fuera y veía que todo el mundo decidía y sabía lo que quería en muchas situaciones, incluso montaban unos berrinches tremendos si no lo conseguían. Yo no. Me conformaba. Aceptaba lo que me daban. Confiaba en que los demás sabían lo que era bueno para mi y yo me ADAPTABA. Asumía lo que recibía y procuraba buscarle la utilidad o el lado pos

El mas pequeño, el más fuerte.

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Os comparto un texto que encontré en internet y que para mi fue muy sanador. Esta escrito por un neonatólogo. Para mi fue como una "confesión" de un médico que ha trabajado con muchos bebés en situaciones parecidas a las que yo pude vivir. (Nací en la semana 28 de gestación con 900gr de peso). Poder sentir que la mirada del profesional reconoce el camino recorrido por los bebés es muy importante, y lo que más me ayudó fue sentir el PERDÓN por el daño ocasionado. Por supuesto que muchas de las acciones eran necesarias (seguro que no todas y menos en la manera en que se realizaban), pero de igual manera se reconoce que esas acciones han ocasionado dolor y por ello se puede pedir perdón. Esta acción hace crecer al profesional que la realiza. ------------------------ Con motivo de la celebración del día mundial del prematuro le pedí al Dr.Guillermo Gutiérrez Calleros Neonatólogo Mexicano quien trabaja en Phoenix Arizona USA nos compartiera una reflexión sobre los prematuro

Sobre mamás, hadas, habas, pinos, acacias y savia. Cuento de nacimiento anticipado

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A continuación os comparto una historia que escribí en marzo de 2014. Es un micro relato que se presentó en el concurso del Banco de Leche del 12 de octubre, espero que lo disfruteís. Hace algunos años, más de veinte y menos de cincuenta, en el mundo que conocemos, había una mujer que estaba embarazada. Tenía mucha ilusión con este bebé, aunque también tenía miedo. A veces pasa que algunas mamás mezclan la ilusión con el miedo y  hacen una mezcla que se queda pegada al cuerpo y luego no saben como quitarla. Esta mamá no tenía más bebés y no sabía si iba a poder cuidar bien de él. No sabía como iba a cuidar a su bebé, ni como le iba a alimentar, porque ella creía que esto era muy difícil. Donde ella vivía era frecuente que los bebés quedaran al cuidado de mujeres que no eran sus madres, incluso le habían contado muchas historias de sus padres y abuelos que habían sido alimentados por amas de cría, había visto alguna foto de ellas. Pero ella tenía muchas ganas de cuidarle, de quererle