Carta de despedida 2013 - y V



Viene de otra entrada...

He aprendido mucho, muchísimo de la vida, de la muerte, de las fronteras, de las despedidas. He aprendido y sentido que acompañar a alguien en el tránsito al otro lado es un gran honor y es un momento sagrado que me gusta respetar y hacer que se respete, por la familia y por el personal sanitario; esta energía la he sentido con la misma intensidad en el nacimiento y como creo que los extremos se tocan, decido que ahora quiero estar en el otro extremo. 

Quiero estar en las bienvenidas, quiero acompañar a las familias en el momento en que se forman, surgen, se crean, se descubren. Quiero poder honrar y dar el espacio para que los seres que llegan a este mundo lo hagan desde el respeto que se merecen, desde el amor y no desde el miedo. Si nacen en el hospital, estaré encantada de volver a él para explicar a los padres cuales son las “normas” en este lugar y ayudarles a que se respete ese momento especial y sagrado.

A lo largo del tiempo me he ido preguntando muchas cosas acerca del sentido de la vida, de la muerte, de las relaciones y he hecho muchas hipótesis y he estudiado infinidad de teorías y la que ahora mismo me cuadra más es la de que el amor es la fuerza que todo lo puede, que si las madres y los pacientes en general son amados y respetados podrán criar a hijos sanos que cuiden y respeten y podrán recuperar más fácilmente su salud, los pacientes que la han perdido, y este es el gran trabajo para los profesionales de la salud, recuperar la humanidad, recuperar el trato con otro ser humano desde el respeto y el apoyo y el amor para los demás tanto otro como para ellos mismos.

Por todo esto quiero dar las GRACIAS, primero a todos los pacientes con los que he compartido tantas horas y que tanto me han enseñado de la vida, de las relaciones, de la muerte y que me han permitido estar en sus vidas y acompañarles en parte del trayecto.

Después dar las gracias a todos los médicos que han confiado en mi trabajo y en el trabajo de mi equipo, muchas veces pudiendo colaborar y otras confiando ciegamente en lo que íbamos a hacer con el paciente porque soy consciente de que nuestro trabajo es difícil de valorar y de entender desde la perspectiva del médico y que el trabajo en equipo todavía esta poco depurado.

Muchas gracias a todas las enfermeras que siempre nos han respetado y trasmitido toda la confianza y con las que hemos podido colaborar muy estrechamente, que siempre han sabido detectar muy rápido cuando un paciente podía beneficiarse de nuestra ayuda y nos han llamado.

A todo el personal a Celina, Blanca, Meli, Hector, a las data… por siempre estar ahí, por siempre buscar un rato para escucharme, por hacerme terapia (Hector), por ayudarnos con todas las gestiones.

Muchas gracias a la dirección del hospital por haber hecho posible que siguiéramos aquí, aunque seamos una realidad “fantasma”, somos una realidad que ayuda y ha ayudado a que el Servicio de Oncología Médica sea mejor y la Calidad del Servicio sea mucho mejor y que tantos y tantos pacientes se hayan podido beneficiar de nuestro apoyo


Gracias a mi gran equipo, a Almudena, Anhara, Natalia, Laura…. y tantos alumnos (más de 60) que han pasado por aquí y se han implicado dedicando su tiempo muchas veces desinteresadamente. A ellas por estar a mi lado sosteniéndome, apoyándome en mi trabajo, no dejando que me hundiera, sirviendo de sostén. Creo que si no hubiera sido por el ambiente del despacho, por ese ambiente que hemos conseguido crear entre todas desde la confianza, el respeto, el compartir, sin eso no hubiera podido estar tanto tiempo, ni hubiéramos podido atender a tantos pacientes ni enseñar a tantos alumnos.

Y por supuesto muchísimas gracias al jefe, mi padre, que me abriste la puerta para entrar aquí a hacer prácticas y que siempre has creído que nuestro trabajo es importante. Muchas gracias por estar ahí, por creer en lo que se puede hacer desde el lugar más humano que siempre has ejercido y que he aprendido de ti. Muchas gracias por enseñarme a no rendirme, a buscar siempre otra solución a los problemas, a estudiar infatigablemente por encontrar nuevas respuestas, por enseñarme a no conformarme con la primera opción, por siempre tener la ilusión y la esperanza de que las cosas pueden ir bien, aunque nadie más lo crea, que las estadísticas pequeñas, también tienen opción de existir y de vivir (soy vivo ejemplo de ello). Gracias por enseñarme esa manera tan especial de trasmitir confianza, tanto a los pacientes, como a los equipos y gracias por tantas cosas … y por confiar en mi aunque algunas veces, lógicamente, no me entendieras.

De momento aquí lo dejo deseando que algo de lo trasmitido aquí llegue a los que me han acompañado en mi camino durante este tiempo y muchas gracias a todos ellos, todos vosotros por haber estado ahí, por haber sonreído en algún momento, por haber hecho algún favor, una llamada, una petición, una derivación.

Muchas gracias y para lo que queráis, aquí estoy, para compartir experiencias, o simplemente comentar alguna anécdota.



Un abrazo y hasta siempre.

Fabiola Cortés-Funes Urquijo

Durante mucho tiempo psicóloga del Servicio de Oncología Médica del Hospital 12 de Octubre de Madrid.

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