Carta de despedida 2013-III
Continuación de la entrada anterior...
Para los pacientes, su vida es todo lo que va de cita a cita y a veces ni eso, porque pareciera que suspenden su vida, hasta que todo esto “termine”, hasta que no haya más citas, hasta que se “despierten de la pesadilla”, sin saber que por lo que se lucha desde el hospital es porque lleguen a tener el mayor número de citas posibles a lo largo de los años, eso garantizará que esta vivo.
Para los profesionales el tiempo se mide en el número de pacientes citados por día, en los días de guardias, las fiestas libres, los turnos… ¡¡qué maravillosa habilidad la de poder construir una vida fuera cuando uno no sabe ni cuántas noches va a dormir en casa!!
Para mí el tiempo ha consistido en las horas que pasaba escuchando las experiencias relatadas por los pacientes y sus familias, intentando ayudarles a tener otra visión, a explicarse la situación de una manera más aceptable, a explorar aspectos no contemplados en ellos, a buscar los recursos que tenían para enfrentar esto, a combatir el MIEDO y confiar en la VIDA. Las horas con los alumnos, trantando de trasmitirles confianza para descubrir todo lo que se puede hacer y sacar de sus historias sus mejores versiones para que les sirvieran de gran orgullo. Las horas con los compañeros compartiendo casos, cosas, bromas, penas, café, aperitivo, comida, tarta… Mucha gente comenta que al entrar en nuestro despacho siempre hay buen ambiente, y eso es lo que siempre hemos intentado.
Continua en la siguiente entrada....
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